Adiós Canija... duele pronunciarlo, por la sensación de vacío que deja despedirse de ti.
Han sido tantas cosas, y todas buenas las que he vivido contigo, que asusta imaginarse que todo siga sin que estés aquí.
Mi niña, mi superabuela, tan fuerte siempre, la que me salvaba de las tormentas, la que siempre tenía chocolate aunque fuese a escondidas, la que mejor guardaba los secretos, la que en un momento montaba una fiesta de disfraces con su ropa antes de irnos a dormir, y podría seguir y no acabaría nunca...
De ultimas te ha tocado luchar con esa fortaleza que te caracterizaba para poder salir de situaciones que parecía imposible que lo consiguieses, y gracias a esa fuerza nos regalaste un año más a tu lado.
Hoy te vas, en silencio y sin apenas molestar como era tu estilo últimamente, rodeada de los tuyos, de los que mas te queremos y me dejas un vacío enorme, pero un corazón lleno del cariño que tu me has hecho sentir, y lleno de recuerdos inmejorables contigo.
Como luchadora que has sido siempre, te he visto dejarte la vida en intentar quedarte, pero esta vez las fuerzas te fallaron.
Nadie se va del todo si alguien le recuerda, y tu vas a estar para siempre conmigo, tus dichos y un montón de buenos momentos que me dejas como herencia, que dibujan una inevitable sonrisa al recordarlos.
Más que orgullosa de haber formado parte de tu vida.
Hoy te digo muy triste hasta simpre, hasta ahora Canija. TQM
